junio 12, 2010

El reflejo del espejo.


Sí, tal vez piense que algunas cosas son difíciles de olvidar, pero aún no entiendo muy bien como logras infiltrarte en cada uno de mis pensamientos, en cada momento del día.

Cada cosa que ronda por mi cabeza a lo largo de mañana, día, tarde y noche, termina en ti. La canción que escucho por la mañana, la manera en que el sol emana sus rayos en la alborada, el silencio de una tarde tranquila, las notas de un acorde, los colores, los sonidos, los matices, todo es una mezcla de aquello en lo que estás y es bello, y todo aquello que lo sería más si ahi estuvieras.

Todo lo que digo, hago, callo, grito, corro, me esfuerzo en, todo aquello que me lleva a la locura y todo eso que me hace caer en extasis a ti y tu sonrisa se lo debo.

Cada emoción brotando suavemente por mi piel, cada imagen que entra por mis retinas, cada hoja que cae, cada paso que doy, cada verso que compongo están en ti enfocados.

Alguien me dijo una vez que se quiere lo que no se tiene y se quiere más mientras más lejos esté. Ahora sé que eso es en parte cierto y en parte una gran mentira.

¿Por qué lo sé?
Por que aunque pareciera que no te tengo, te llevo a todos lados, eres esa decisión, eso que me impulsa, eso que me anima a seguir y eso que alimenta cada célula de mi cuerpo y que me lleva a tratar de superarme cada día más, cada hora, cada minuto.

Y mientras tú sigues tu vida normal, yo aquí sigo con la mía tratando de ser mejor, tratando siempre por ti.

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