junio 23, 2010

Héroe.

Eres esa parte de mí que me hace distinto, eres el pedazo de mi mente que se vuelve mi sol cuando las nubes tiñen mis emociones.

Eres el camino que trato de seguir sin saber a donde conduce y que cada día se ma hace más largo y más desconocido, pero a la vez más inquietante y cautivador.

Cautivador como una ola que se mece con el trino de las aves como música de fondo, cautivador como una luz en medio de un lugar oscuro y vacío, cautivador como sólo tú sabes, y sabes personificar el adjetivo.

Siento que cada vez más las sensaciones se agolpan y tratan de salir de mi como corrientes estruendosas e intensas, se desencadenan, se golpean, luchan por encontrar la forma de ir hacia afuera y de alcanzarte, y no sé aún porque intento detenerlas, tal vez por miedo, tal vez por inseguridad, tal vez porque no podría soportar tanta felicidad si mis sueños fueran tan reales como esa tu mirada.

Y nadaría océanos si fuera más valiente, pero es que imagina un soldado tratando de conquistar un imperio él sólo y sin nada más que un pobre corazón y unas cuantas ideas.
Así me siento cuando observo que caminas y dejas perfume por donde pasas, así me hace sentir tu sonrisa que es más brillante que cualquier diamante, y más hermosa también. Así pasa cuando tus ojos destellan y dejan su rastro en mi, como centellas en mis retinas, así me pasa cuando tu cabellos se mueve con las hojas.

Y es que esa fortaleza deslumbrante y divina que eres parece ser infranqueable para un mortal como yo. Creo que tendré que infiltrarme en ella, de algún modo. Y es que pensando en ti, me siento todo un héroe.






Gerardo.

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