agosto 20, 2012

Las cosas.

La música fluye y ya no se me hace mala idea la posibilidad de volar, esa cárcel que no es más que sueños suicidas que sólo se aparecen de día. Las cosas se disparan en ráfagas que me atacan, llenas de indecisión y voluntad inexistente, que únicamente salen si dejo que todo se caiga a pedazos; y si no pues qué mejor.

Las cosas. No las quiero, que nos dejen solos porque quiero disfrutar de tu existencia tranquilo, a gusto, desde este lugar en que te contemplo, donde todo parece de otro tiempo, de un futuro fruto de la deriva, uno amargo a veces para despertar la garganta que parece que se ahoga, de un futuro que es sátira y miel envejecida, donde la ausencia tuya es rumor de olas, de erosión, de vapor constante, desde este futuro donde las cosas ya salen, porque dejo que todo se caiga a pedazos mientras las luces se desentienden y se fugan.