julio 20, 2013

todas mis vidas

no te quiero decir que quiero vivir contigo porque no sé cómo te lo tomarías no sé qué dirías si te dijera que quiero vivir todas mis vidas contigo no sé qué dirías porque no sé si sabes que tengo miles de vidas y a veces todas ellas son una miseria porque cada vez que despierto es una vida distinta no te puedo asegurar no haber muerto y revivido la noche anterior no puedo decirte con certeza que no morí porque tal vez a las cuatro de la mañana un infarto fulminante pudo haberme destrozado la existencia y tú estarías ahí tan tranquila durmiendo o tal vez muriendo o no sé lo que estarás haciendo a las cuatro de la mañana tal vez estés por ahí tomando agua o recostada soñando con barcos o con sauces llorones o quizá no puedas dormir y estés observando las cortinas ondular en la semioscuridad de tu habitación tratando de dormir tratando de no estar despierta pensando en qué se yo pero te puedo asegurar que muy probablemente no estés pensando en mí y eso es lo que hace miserables todas estas mañanas todas estas vidas todas estas tazas de café en las que intento buscarte en las que trato de recordarme que si estás muriendo o durmiendo lo haces completamente indiferente de todo esto que te escribo y por eso no quiero decirte que sería muy bonito si vivieras conmigo si hicieras diferente y sublime cada una de estas tardes cada una de estas noches si hicieras diferente cada una de estas vidas que tengo que empezar cada mañana no quiero decirte que cada una de estas vidas que paso sin que estés aquí son como un armario vacío como una repisa llana como una camisa tirada en el piso empolvado y no quisiera decirte que entonces me dan ganas de romper todas las tazas de café del mundo y tirarlas al mar ahogarlas en sal para ver si así se ahogan estas ganas idiotas de decirte que quiero vivir todas mis vidas contigo y despertar y nacer y vivir y no poder dormir y entonces mirar a mi alrededor y ver tu cabeza tranquilamente recargada en la almohada contigua y tu respiración acompasada y tu cabello derramado sobre la sábana blanca y darme cuenta que habría una muy buena razón para haber vivido todas estas vidas que hay una muy buena razón y que esa razón no sería más que el sencillo placer de en la mañana poder verte comenzar a mi lado una de tus miles de vidas a través de la luz que se cuela por la ventana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario