febrero 25, 2011

Sonde.



Se cruza la voz con las cascadas brillantes, con las flores lisas
Corre el silencio, tropieza con desdén en un recodo
Te buscan las ramas, el tronco, te busca el camino.
Te busca el polvo, atado con luz al instante de reflejos.

Se dobla el sonido, la papiroflexia infame de no emitirnos
Poco a poco nos hemos quedado sin habla, sin lianas ni flores,
Sin turistas que caminan, hormigas en la piel de los testigos.

Y la bola de cristal está llorando en el estudio, triste bola,
El mudo pasado, cruel,  no intenta consolarla del futuro.

Y enmudece el mundo, se escapa un rayo. Huye hacia su patria perdida, el sonido.

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