enero 18, 2013

Solitude is bliss


¿Cuándo te irás, soledad anestesiada?
Gota infinita que cabes en un pedazo de plástico, ¿cuándo te irás?

¿Cuándo vas a dejar este pantano donde se revuelven los días y la sangre corre lento?
Creas un tumulto silencioso y luego te escondes, ¿para qué?
¿Para qué haces huecos en la pared si todos los cuadros están rotos?
No te importa nada porque en realidad no existes, materia muerta.

Ya no acaricies mis días, no esperes bajo el umbral, no construyas castillos en las sábanas ni limpies las esquinas de los cuartos; no haces falta, tú eres el desastre, tristeza sostenida.
Ya no prepares la comida ni calientes agua para el café, porque gracias a ti ya no hay hambre ni sed ni ganas de asomarse a ver a los gatos.
No te importa nada porque eres vacío, agua estancada.

Pero deja este lugar, que nada aquí es tuyo, únicamente la tinta en el lavabo, la saliva en las paredes y el olor a herrumbre en las ventanas.
Suelta mis tobillos, luz oscura, es hora de que dejes esta espiral que tú creaste, de que te la lleves contigo.
Soledad anestesiada, déjame solo, llévate tus mitades y despiértame cuando lo hagas.

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